Más que un relato de una experiencia en particular, esto es una serie de cosas que ocurrieron durante el tiempo que estuve allí. Entré al grupo poco después de entrar a la prepa y de lo que ya les había contado de mi profe de filosofía. Era un grupo de adolescentes, iban desde los 14 a los 18 años. Al entrar ahí yo aún andaba con el chico que les había contado, intentaba portarme bien pero las circunstancias se ponían difíciles. Cuando llegué todos trataban de hacerme plática, se acercaban a mí y demás. Varios me gustaron y pues me agradó la idea de estar con alguno de ellos.
El grupo se dividía en dos, los que iban siempre y los que sólo a veces iban. Yo empecé a juntarme con los que siempre iban, me parecían los más divertidos. Eran en su mayoría hombres y después de un par de semanas ya me llevaba bien con ellos, siempre nos quedábamos al final para platicar y cosas así. Poco a poco fueron agarrando más confianza y al principio me espiaban cuando me cambiaba y yo fingía no saber, pero luego poco a poco fueron descarados y lo hacían para que supiera que me veían y yo fingía que me molestaba, aunque en broma.
De esa manera fueron cada vez más lejos, al principio otra chica estaba igual que yo, se quedaba al final y también recibía las bromas y demás, pero luego dejó de ir y me quedé con ellos. Antes de que se fuera ya hacían cosas más locas, nos jalaban nuestras manos para ponérselas sobre sus vergas o nos agarraban las nalgas, escondían nuestra ropa y cosas por el estilo.
La clase duraba cuatro horas pero el profe sólo daba dos horas y media o tres, el resto nos dejaba para que conversáramos entre nosotros intercambiando ideas y él se quedaba fuera por lo que no había ningún problema con las personas del centro cultural ya que lo veían como algo normal de la clase, pero la mayoría se iban y si nos quedábamos no era para hablar de eso, el profe lo sabía pero no decía nada mientras no fuera muy evidente.
Es esas ocasiones sólo me quedaba con cuatro, Francisco, Jorge, Luis y Sergio. Ellos se ponían detrás de mí y me lo restregaban haciendo como si me cogieran pero por encima de la ropa. Las primeras veces me agarraban desprevenida para hacerlo pero ya después me acomodaba y ellos lo hacían, incluso algunas veces que nos vieron nos regañaron por hacer eso.
Pasado un mes más o menos la confianza ya era mucha, al principio sólo los masturbaba pero después me encerraba con uno o dos de ellos a chupárselas en la bodega que había. En ocasiones que iba mi novio por mí, yo estaba encerrada con alguno y obviamente los otros me cubrían para que no se enterara, incluso el profe decía que quizá había visto mal y ya me había ido.
Fue con ellos con quien descubrí uno de mis mayores placeres. Una vez que el profe nos puso a dar vueltas al parque porque decía que se nos acababa el aire cuando hablábamos y actuábamos en algo muy movido por lo que teníamos mala condición y debíamos mejorar. En alguna de esas ocasiones acabé muy cansada. Yo no quería hacer nada porque estaba cansada pero Jorge me insistía que fuéramos a la bodega, y según él me daba masaje pero en realidad sólo me manoseaba, como llevaba un short me pasaba la verga por mis piernas, me quitó los tenis y las calcetas y me la empiezo a restregar en los pies, justo en ese momento sentí una descarga, me encantó la sensación y comencé a acariciárselo con el pie. En ocasiones posteriores eso se volvió parte de las cosas que hacíamos, primero se las acariciaba con los pies y ya luego e las mamaba o me la metían.
En ocasiones llegaban a metérmela cuando nos encerrábamos en la bodega o cuando tenían oportunidad, incluso en ocasiones cuando nos llegamos a presentar en algún lado a presentar alguna obra y había donde, lo me cogían por ratos cuando no estábamos en escena. Hicimos varias cosas, en alguna ocasión posterior les contaré con detalle alguna de esas locuras.